SINOPSIS
Novela
psicológica en la línea del bildungsroman,
que nos habla de los silencios, aquellos que nos hemos dejado imponer y que han
crecido con nosotros y aquellos que nos imponemos a nosotros mismos por miedo a
afrontar la realidad. La protagonista comprende que no llega a liberarse hasta
que los rompe, que pudo con todos los obstáculos menos con los silencios que
llevaba a cuestas, porque no se pueden lidiar batallas contra enemigos
invisibles.
“Una vez mi padre dijo
algo que… en fin, que me hizo pensar ―continuó Ingrid apurando su café―. Dijo
que lo más importante de la comunicación es lo que no se dice.”
La
mirada de Júlia, recién llegada a la Holanda de los 70, nos descubre un país
casi perfecto, una vida casi perfecta. Casi, porque nada lo es. En el relato de
su día a día no tarda en aparecer el personaje principal: un silencio denso,
compacto y gris que se posa sobre los hombros como el cielo del invierno
holandés.
Ella
creía que el lastre de las cosas no dichas se había quedado encerrado entre las
cuatro paredes de su infancia barcelonesa, pero lo ha vuelto a encontrar donde
menos lo esperaba. Poco a poco, trabajosamente, tendrá que buscar el sonido de
su propia voz, la única que puede romper el maleficio.
Todo menos el silencio es una historia sencilla que trata temas complejos: las apariencias, la verdad, la incomunicación, el compromiso y en especial el autoengaño. En realidad como la vida misma.
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