NUNCA ME ABANDONES, Kazuo Ishiguro




Para mí, lo más ilustrativo de esta tragedia humana es el comentario de Tommy, cuando ya a punto de su cuarta donación se revela contra Kath que ha asumido el papel de cuidadora:

“Per favor, Kath, deixa que em cuidi de les meves coses. Si fossis donant ho entendries.”

Veo al ser humano que busca identidad, independencia y dignidad.
Los clones buscan -como no puede ser de otra manera- un punto de referencia de su existencia y de procedencia (el arquetipo). Están completamente limitados en su existencia hasta el punto de nacer para ser utilizados y morir. Están manipulados en su manera de vivir y de sentir, faltos de libertad, desorientados, desarraigados, aislados, marginados, negados de sentimientos, familia, de un pasado y (lo más terrible) de un futuro.
Así lo encierra la trágica frase final del libro, de quien nace para ser clon:
“Vaig pensar en les deixalles, en els plàstics que espetegaven a les branques […] i tot seguit vaig tornar cap al cotxe, per anar cap a on figurava que havia d’anar”.

El papel del grupo de instructores que llevaba Hailsham refleja esa parte de la sociedad que se pregunta más allá de lo cómodo si estos seres no merecen una vida mejor, demostrando que tienen alma y sentimientos, y acaban perdiéndole la batalla a una sociedad que ensordece frente a los problemas ajenos.

El libro es muy duro. Quizás no me he dejado transmitir todo lo que pudiera por lo deprimente que es sumergirse en un mundo así, una fantasía de ciencia ficción que está tan cerca de la realidad. La clonación de la oveja Dolly y luego la clonación de células humanas con fines curativos.
La reflexión es evidentemente lo que sigue a esta lectura sobre lo que nos transmite su fondo. La sociedad, la misma sociedad, es la que da la espalda al problema de seres creados por ellos mismos. La sociedad avanza tecnológicamente pero a costa de otros seres que nacen para servirles y de cuyos problemas no quiere saber porque el precio es volver a optar a las enfermedades mortales. Qué contradicción haber buscado más seguridad de vida a costa de la muerte de otros y qué perverso es darle la espalda a los problemas de existencia de unos seres que han sido creados por ellos y para ellos.

También me ha invitado a la analogía de otros problemas que tenemos hoy: los que llegan a nuestras playas en las pateras. Hemos creado un mundo de facilidades y riqueza a costa de un tercer mundo que se muere de hambre, y no queremos oirlo ni verlo, por eso nos incomoda que vengan a morir a nuestra puerta.

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